sábado, 25 de octubre de 2014

Matrimonio binacional y el nuevo rol de muchos hombres migrantes.

Últimamente he visto con gran interés como las entregas que mayor seguimiento han tenido son aquellas relacionadas con la conformación de parejas binacionales, el desarraigo y la depresión.

Ahora bien, algunas veces he podido tratar pacientes y he mantenido conversaciones con amigos hombres que fueron quienes decidieron migrar al territorio de la mujer amada o que en algún momento dejaron sus propias carreras profesionales para apostarle a apoyar la carrera profesional de su consorte femenina en el exterior.


A ellos, hombres valientes y de admirar, quiero dedicar hoy esta entrega del blog porque también he visto que tarde o temprano esta decisión los ha llevado a cuestionarse si ese era el mejor camino que debían tomar.

Lo anterior sustentado en el cómo la definición que la sociedad ha hecho del género nos ha marcado a todos desde pequeños definiendo incluso nuestra personalidad, especialmente en el mundo denominado latino donde por ejemplo, retomando la definición que Kimmel da de virilidad en 1997 como ¨la de un hombre en el poder, un hombre con poder, y un hombre de poder.¨ Otorgándose a la ¨masculinidad¨ los valores de la fortaleza, el éxito y el control.

Definición que ha sido asumida en nuestra sociedad de una manera tan arraigada y maltratante como la de feminidad o emigración, por no mencionar un millón más. La cognotación del macho ¨positivo¨ o del mismo macho ¨negativo¨ han ocasionado sus estragos especialmente al llevar a muchos de nuestros hombres a nuevos espacios interculturales donde han debido asumir nuevos roles que se distancian de los fundamentados durante su educación familiar, escolar y social.


El mundo ha ido cambiando vertiginosamente, ya los espacios donde se crearon las parejas binacionales, no son necesariamente como apuntan estudios obsoletos, generados en la rumba latina o de apoyo a las minorías, los nuevos espacios están dados entre compañeros de trabajo, en relaciones laborales, sociales y demás. Por ello, el primer constructo preconcebido que se debe derrumbar es el del oportunismo, los hombres migrantes por amor hoy en día ya no son vistos como años atrás, la sociedad ha entendido que si cuenta con mujeres inteligentes, muy seguramente estas mismas han decidido por libre albedrío escoger un hombre que este a su nivel moral, social y cultural.

Nuestros hombres que han decidido migrar por amor deben entender que su autoestima no debe ser menoscabada, que no deben crearse sentimientos de culpa por no poder aportar a la economía familiar en igual forma o menor a la de su pareja, esto es un estado por el que pueden estar pasando o el que han escogido y ya está. Cuando tú estás a cargo del hogar y te sientes mal por ello, yo te invito a que revalores tu propia concepción pues estar a cargo del hogar es tan o a veces más importante que la responsabilidad económica de manutención.

Tú eres quien está en capacidad de enriquecer tu autoestima y de revalorar las diferencias de género, cultural, clase, poder y étnicidad con tu pareja y con la sociedad. Independientemente de conformar una pareja de la misma nacionalidad, las parejas pasan siempre por problemas relacionados con el poder o otras situaciones de envergadura similiar.

Debes prestar atención si en tu caso te están exigiendo vivir el aquí y el ahora en un intento por hacerte olvidar tu pasado y tus raíces pues a ese punto algo sí está marchando mal (y esto aplica para las mujeres que han decidido seguir a sus parejas también), recuerda que nuestro pasado ha forjado y forma parte de nuestra identidad, nunca dejes atrás las cosas buenas, tu lengua materna, tus relaciones familiares y personales, tu cultura y costumbres también, transmítelas a tus hijos y hazlos sentirse orgullosos de quien eres y de donde provienes, esto te lo agradecerán después.



No te margines, no te aisles, no te crees problemas existenciales ni sentimientos de culpa, redefine tu situación, proporciona lo mejor de tí, no te lamentes, aprende la lengua local, convalida tus estudios, busca un empleo, cría a tus hijos en valores y principios (ese es un trabajo que aunque no es rentable económicamente es el mejor trabajo del mundo y el más satisfactorio de todos, te lo digo yo), conoce a los locales, conoce mejor a tu mujer, comparte con ella y déjale ver porque tomó una buena decisión al elejirte a tí como compañero de vida y de corazón.


+Mónica Riveros
www.online-psicoterapia.com

@Psico_Migrante