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sábado, 20 de abril de 2019

Convertirse en ¨cuidador¨ cuando vivimos fuera



Luego de tantos meses de estar ausente, regreso para escribir sobre un tema especial y particular que afecta a un más nuestro proceso migratorio y es el de convertirnos en algún momento en ¨Cuidadores¨, cuidadores de un hijo enfermo o con alguna discapacidad especial o el de cuidador de nuestra pareja o  de un familiar en nuestro nuevo lugar de residencia o el de acompañar a un nuevo cuidador de nuestros familiares en nuestro lugar de origen.

Un alzheimer, una enfermedad rara, un cáncer, el ingreso a la edad adulta mayor, trastornos del desarrollo, un accidente cardio o cerebro vascular o hasta un accidente de tránsito o el deceso de nuestro compañero o compañera de vida nos pueden haber llevado a asumir dicha responsabilidad.

Cuidar y especialmente convertirse en cuidador en un entorno donde nuestra red social se ha visto disminuida, donde se habla otra lengua o donde no se reconoce totalmente el sistema de apoyo social, jurídico y de salubridad, conlleva un nivel de dificultad, tristeza, rabia, fustración, miedo, soledad y quizás ansiedad o depresión más altos de lo normal.

Muchos de nosotros hemos debido asumir el rol de cuidador y algunas veces ese rol y todo lo que implica pueden generar estrés; estrés que puede visualizarse en situaciones como sentirse agotado, enfermarse, no poder consiliar el sueño, sentirse irritable o embotado, aislarse, no recordar información importante continuamente o perder el interés por otras cosas o por los demás.

Ante todo esto, un cuidador, especialmente quien radica en otro país diferente al de su origen, debe en primera instancia buscar una red de apoyo local y así poder compartir todo lo que esta viviendo con otras personas que estén pasando por la misma situación, recurrir a grupos de apoyo y a los recursos que le ofrece su comunidad.

Es importante ante todo, asesorarse sobre la Ley de acompañamiento social, de salud y financiero ya que no somos los primeros en vivir esta situación y en muchos de los países de acogida ya existe un sistema creado alrededor del apoyo ante una discapacidad.


Igualmente, se debe propiciar tiempo para sí mismo y para mantener sus relaciones interpersonales, hacer deporte, correr, montar en bicicleta, hacer yoga, o simplemente ir a caminar. Debemos buscar encuentros con amigos que nos permitan pensar en otros temas y con quien compartir incluso todo aquello que estamos viviendo y que nos está afectando de verdad.

Recuerda que tu bienestar emocional es muy importante y el pilar de todo este proceso, cuídate, cuida tu cuerpo, genera planes relevo (recuerda que no todo el trabajo lo debes realizar tú), mide tus fuerzas, ponte límites, apóyate en otros familiares, aliméntate sano, duerme bien, no fumes, no bebas demasiado alcohol. Sé que suena trillado pero generar un estilo de vida saludable evita generar problemas de salud física o emocional y aprende a decir NO cuando sientas que es necesario sin sentirte mal.

Los sentimientos de frustración e impotencia recurrirán con frecuencia y con mayor fuerza cuando ves que tu trabajo, tus proyectos de vida, tu vida social se vieron afectados; trata de gestionarlos de la mejor forma posible y si llegas a observar que se sale de tus manos, no dudes en recurrir a una ayuda profesional, si sientes que presentas problemas de sueño, de alimentación, falta de energía, de concentración, falta de interés, llanto en exceso, sintomatologias físicas sin causa orgánica real, disminución de tus defensas constantemente, cambios de humor recurrente o si sientes que no logras comenzar con otras actividades, estás siempre nervioso, tensionado, irritado o constantemente preocupado.

Recuerda que toda vivencia nos hace más fuertes y nos enseña a valorar lo realmente importante cada día, así pues, ser Cuidador nos enseña a reconocer la importancia de un minuto, un paisaje, un atardecer, un amanecer, una palabra y casi cualquier cosa que se presenta a nuestro alrededor e igualmente a relativizar lo menos trascendental.

Ser cuidador nos otorga la capacidad de ser un maestro para otros y hasta para nosotros mismos, es un aprendizaje que logran las personas al llegar a su vejez y a nosotros se nos dio la oportunidad de aprenderlo en un momento dado que nos permitirá capitalizarlo durante muchísimos años más.

Por todo lo que conlleva ser un ¨Cuidador¨ permíteme felicitarte y hacerte llegar la admiración de todos aquellos que segundo a segundo deben tener por un instante la fortuna de cruzarse contigo en la calle y poderles hacerles recordar en este mundo de vivencias muchas veces sin profundidad, lo importante que es saber valorar lo que se tiene personalmente y la fortuna con la que se cuenta alrededor.

Un fraternal abrazo y hasta una próxima oportunidad.

+Mónica Riveros
www.online-psicoterapia.com
+410795242207
psicologiaenemergencias@gmail.com

viernes, 22 de agosto de 2014

¿Depresión, estrés crónico y/o ansiedad?

De regreso de las vacaciones, las cuales imaginaba serían interesantes y sin haberme equivocado en dicha apreciación, se me ocurrió debido al tema de moda y concidencialmente al tema más tratado con los amigos y conocidos que estuve visitando en tierras lejanas, migrantes casi todos ellos como yo, hoy regresando de las vacaciones de verano, me veo algo preocupada pues el asunto que debo abarcar es el de la depresión, el estrés crónico y/o la ansiedad.

Al visitar a cada uno de mis conocidos durante el viaje vivencié de nuevo en mente ajena como el migrar conlleva consigo en la mayoría de las ocasiones el adquirir o exacerbar algunos síntomas psicológicos que deberán ser tratados con amigos o profesionales para evitar que adquieran con el tiempo un caracter crónico en muchos de los que alguna vez decidieron dejar su Patria Natal.


Al reencontrarme con estas personas y preguntarles como estaban y como se sentían, observé como se presentaba de manera repetitiva cierto grado de depresión demarcado por la tristeza y la falta de interés en casi cualquier actividad cotidiana ya fuese con la capacidad de controlar el entorno o por la imposibilidad de hacerlo ya que muy en el fondo para cada uno de mis amigos o conocidos, esta situación no se ha logrado superar de manera puntual y teniendo en cuenta los casos terapéuticos que he tratado durante años, concluyo que este asunto es una realidad.

Durante largas horas de terapia o de conversación, hicieron acto de presencia también la ansiedad y el estrés crónico bajo las características de preocupación excesiva y recurrente por factores laborales, familiares o sociales que están impidiendo que en esta pequeña muestra de personas migrantes  lograr la felicidad, presentándonos una fiel fotografía de lo que está aconteciendo en el día a día de muchos migrantes hispanos a nivel global.


Se habló de irritabilidad, llanto, soledad, falta de sueño, cefaleas y fatiga y me llama mucho la atención que aún a pesar de contar con adecuadas redes sociales y en algunos casos hasta un buen empleo, la depresión, la ansiedad y el estrés hicieron su aparición sin prácticamente mencionar como motivo o razón de los mismos, el entorno, la gente o la vida dejada atrás.

Y es allí donde quiero mencionar un par de consejos que podrían ayudar a confrontar este tipo de situaciones como primeros auxilios psicológicos:


1. Determina un cuadro de actividades que realmente sean de tu interés, proyecta tu vida hacia el futuro y determina metas que te llenen y te proporcionen felicidad.

2. Has una evaluación de tus habilidades personales, sociales y profesionales y empieza a trabajar en aquellas que consideras necesitas reforzar.

3. Evita los pensamientos catastróficos, negativos o que vayan en detrimento de tu autoestima. Esto solo te está creando caer en un círculo vicioso que no está aportando nada positivo a tu vida y a tus objetivos, ellos afectan tus emociones y tus conductas también.

4. Si existen algunas variables que están afectando tus pensamientos, emociones y conductas busca como  confrontarlos y solucionarlos de una vez de la mejor manera posible y buscando tener el control sobre la situación, infórmate, determina alternativas y actúa sin dudar.

5. Si consideras que necesitas un apoyo para trabajar en los cuatro puntos anteriores no dudes en pedir ayuda familiar, de amigos o de un profesional. Recuerda que no siempre contamos con todos los recursos para superar este tipo de situaciones, tómalo con calma y no te dejes menoscabar.


+Mónica Riveros
www.online-psicoterapia.com
@Psico_Migrante