viernes, 13 de enero de 2017

Confrontando algunos demonios

He estado ausente por largo tiempo y la razón de ello es la misma que embarga a muchos de nosotros los migrantes y es un tipo de freno en nuestras actividades cotidianas debido al miedo o temor a confrontar un futuro que se torna incierto en un momento dado ante la ocurrencia o debido a la perdida de control sobre nuevas situaciones que acaecen o ante el cambio de las cosas o las personas que a su vez nos permitían reconocer de una manera u otra nuestro entorno como seguro.
Hoy al encontrarme expuesta a una realidad de la vida en la cual casi que debo comenzar de nuevo mi camino migrante, con una lengua diferente, aspectos emocionales, sociales, familiares y económicos que comienzan a tornarse algo impredecibles y digo "algo" porque gracias a un trabajo arduo y a pulso llevado a cabo durante varias décadas, poseo cimientos, valores, principios, conocimientos y personas que me han sabido apoyar incondicionalmente durante muchos años y en los cuales pongo mi fé para poder afrontar cualquier nueva situación que se me presente por más difícil que se tornen los tiempos.
Todo ese "bagaje" de experiencias, conocimientos, sentimientos y relaciones son los que nos permitirán afrontar de la mejor manera esa sensación inmensa de ansiedad o angustia, resultado del hecho de tener que confrontar un evento especial que nos amenazó en el pasado, estamos viviendo y nos está marcando en el presente o alguno que podría arriesgar nuestra estabilidad en un futuro cercano. 
Ya sea real o de cierta forma imaginaria, la mejor manera de reducir o acabar con esta emoción del miedo que puede llegar incluso a paralizarnos en un momento dado, es confrontándolo y preparándonos para ello. Bien podría ser analizándolo, escudriñándolo, buscando las razones o sus puntos débiles y como todo ello nos está o nos podrá realmente afectar en nuestro desempeño y en las relaciones de alguna manera.
Si no confrontamos el miedo podemos dar paso a un estado denominado ansiedad, ansiedad que nos aterroriza a nivel emocional, nos lleva a generar ideas infundadas o alejadas de la realidad y que a su vez pueden verse reflejadas en comportamientos de incapacidad de respuesta ante un evento específico conocido o peor aún, desconocido, que podría amenazar nuestra tranquilidad y equilibrio.
Aprender a confrontar nuestro miedo o temor, aprender sobre él permite generar cambios incluso a nivel orgánico, así de poderoso es nuestro cerebro que le permite al cuerpo adaptarse y comportarse de manera pronta y segura ante un evento y así puede igualmente ser multiplicado eficaz e inmediatamente en la resolución de otras tantas situaciones similares que podríamos llegar a asociar con el estímulo que nos generó o nos generará el desagrado, la idea de posible peligro o daño o la perdida de nuestra estabilidad emocional, física, comportamental, intelectual y afectiva.


Así que nos queda solo definir bien el evento que nos está afectando o que podrá llegar a hacerlo, estudiarlo, analizarlo, apropiarnos de él y confrontarlo individualmente, en familia, sociedad, o como colectivo esa es la base diaria del logro de nuestras metas y el terrero abonado en el camino de la seguridad, la felicidad y la victoria como individuos sobre todos los retos que nos puedan ser impuestos por la voluntad de otras personas, de Dios o simplemente por el azar de la vida.

Hasta una nueva oportunidad,

+Mónica Riveros
Psicóloga Clínica
Máster en Migraciones Internacionales Contemporáneas
www.online-psicoterapia.com

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