viernes, 13 de diciembre de 2013

Época de recogimiento

Hoy quiero cerrar este año con esta última intervención y con ella me quiero referir a la  época de recogimiento que de una u otra forma nos afecta a todos, ese hermoso espacio relacionado con el ritual de reflexión del último mes, solsticio de invierno, lo cual según para muchas culturas y religiones conlleva una época de renacimiento espiritual y personal.

Para algunos de nosotros esta época está representada en la navidad, para otros en el Amaterasu, o por el festival Beiwe, el Hogmanay, Yule, Zagmuk o el Ziemassvētki, lo que me lleva a pensar que no importa el nombre con el que lo referenciemos, todos apuntan al mismo ritual, el ritual de renovación.

Digo “ritual“ para definir las acciones que llevamos a cabo con una finalidad simbólica basada en nuestras propias creencias culturales que bien pudieron partir o no, del concepto de renovación y luego ser retomadas por la religión.
Lo interesante aquí es ver como estos rituales para nosotros los migrantes, se ha convertido en una manera de reafirmar nuestra identidad y sentido de pertenencia a nuestra cultura de origen adicionalmente al hecho de marcar momentos de transición en nuestras vidas cada vez que se presenta un ritual tan especial como es el del año nuevo o el de la navidad.
Te has fijado como estos momentos nos permiten ser un motivo de reunión familiar, y/o a la vez cultural? Me encanta ver como en esta época del año nos ponemos todos de acuerdo para compartir los bocadillos relacionados con las fiestas de fin de año entre nosotros. Ver como los colombianos dejamos de ser colombianos para reunirnos con nuestros compatriotas chilenos, venezolanos, mexicanos, ecuatorianos, entre otros, para disfrutar de las fiestas de renovación. Claro, aclarando que todo terminará acompañado de la famosa dieta de año nuevo, mucho ejercicio y un millón de buenas intensiones que nos permitirán alcanzar dicha renovación tanto física como espiritual. 
Para nosotros los migrantes, estos rituales y costumbres nos permiten muchas veces sin darnos cuenta lograr transmitirle a nuestros hijos parte de nuestra esencia, orgullo e identidad.
Sin saberlo, con la navidad estamos compartiendo con nuestros hijos o vecinos nuestro propio patrimonio cultural y quizás tú seas uno de los tantos afortunados que podrá timbrarle a su vecino y desearle feliz navidad. Esto es solo para recordarles a muchos de mis compatriotas latinoamericanos que tienen la fortuna de vivir un sentido de renovación colectiva y que también somos muchos los que actualmente nos encontramos en países que profesan otra religión y que las festividades decembrinas no les interesan mucho ni para bien ni para mal.
Para los latinoamericanos estás fiestas están acompañadas de un compromiso y renovación hacia nuestros propios valores y nuestro ser social, hacia nuestras creencias, responsabilidad, metas, propósitos y mil cosas más. Por ello, no es raro que te sientas nostálgico, agotado o feliz, recuerda que es tu época de renovación y que si tienes la suerte de disfrutarla con alguno de los tuyos y con ello me refiero a amigos, vecinos, colegas o conocidos, entonces debes aprovechar la situación para hacer tus votos de renovación.
Tener fé, orar y disfrutar de las fiestas promueven la sanación personal y espiritual, dándote la posibilidad de trascender y conectar tu ser anterior, actual y futuro a través de estos rituales fortaleciendo tanto tus lazos personales, familiares como colectivos.
Así que disfruta este espacio, habla con otras personas acerca de tu país de origen, trasmíteles un poco de tus costumbres, los platos típicos y el significado de esta época para tí; Ya verás cuanto se asombrarán aunque no te lo hayan preguntado nunca antes ni por casualidad.

Disfruta las cosas hermosas que te ofrece tu nuevo espacio vital, disfruta de la nieve si es tu caso o de un verano espectacular, en ambas situaciones disfruta y valora lo que en realidad significaba un rayo de sol, ver a los niños correr en un parque o al vecino caminar. Invita nuevas personas a cenar, renueva tu espacio, hazte nuevos propósitos así ya los hayas hecho mil veces ya.

Mantén tus rituales de vida,  disfruta en tu nuevo hogar, trasmítele a tus hijos el sentido de las fiestas en las que solías participar en tu país natal. Has de vez en cuando los menús que te deleitaban, reza, y crea tu propio sistema de sanación, vive orglloso de tu cultura natal que te ofreció la posibilidad de ser quien eres, rescátala, resáltala y compártale porque ella conforma una gran, gran parte de tu identidad.

Así entonces, solo me resta desearte unas felices fiestas, un feliz año y por ahora nada más.


Un saludo muy especial y hasta dentro de un mes porque yo también debo dedicar tiempo a mi propio ritual de renovación :-)

Pd. Quiero antes de terminar por este año, agradecerles su interés por este blog. Estas estadísticas me animan a continuar compartiendo con ustedes el análisis de los efectos psicológicos de la migración.

+Mónica Riveros 



viernes, 6 de diciembre de 2013

Sutiles efectos secundarios




Una de las comentaristas del blog anterior me ha dado tema para esta tercera entrega, y la voy a dirigir hacia algunos efectos secundarios psicológicos y otros fisiológicos de la migración.

Para comenzar, quiero exponer un contexto bastante curioso y es como puede ocurrir que algunas veces desde el principio, aún cuando no siempre, nos encontraremos con algunas barreras que se daban en nuestros países de origen y que han cruzado fronteras, lamentablemente, algunas de ellas son por ejemplo, el mantenimiento de las estratificaciones sociales, los esquemas de poder, el individualismo, la xenofobia, la discriminación y el temor o recelo hacia lo y los desconocidos, estas barreras no son solo inherentes a nuestra cultura latinoamericana sino que también fluyen por doquier.

Muchos hubiesemos querido encontrarnos al ingresar al país de acogida, con gente amable, alegre, colaboradora o de buen corazón, pero estas características no las vamos a encontrar siempre y desde el primer momento a flor de piel en el nuevo país; así que déjenme aconsejarles que se debe estar preparado para lo que pueda ocurrir.

Muchos migrantes me han contado como fue su primera experiencia con la policía de migración, con su familia política, con el vecino o hasta con un chofer de un bus y aquí el consejo es que lo importante a ese punto es que no lo asumas como un asunto personal, piensa que tienes en frente un personaje que está cumpliendo con su deber para bien o para mal y nada más.

Claro! sé que estarás pensando que estas barreras universales influyen y disminuyen nuestra energía positiva o que pueden hacernos sentir impotentes al querer interactuar, todo eso es verdad! y si adicionalmente, le anexamos que  ya para muchos de nosotros es bastante difícil intentar hablar en otra lengua pues la energía queda algunas veces disminuidas a su menor expresión. 

El problema a este punto es que, para algunos de nosotros desde pequeños, nuestros propios compañeros o profesores de escuela se encargaron de coartarnos la libertad de expresión en otro idioma por las burlas ante la fonética o la dicción, dando paso a las “taras“ que hoy en día se hacen difíciles de olvidar.

Pero, día a día me pregunto, cuántas veces he visto a un norteamericano o a un europeo que se ha dejado amedrentar por el mismo hecho? y considero que la respuesta es prácticamente, a ninguno! Entonces, qué sucede con muchos de nosotros? pues que nos grabaron en el disco duro una frase que nos ha estado causando mucho daño durante largo tiempo y es aquella de “no deber hacer perder el tiempo a los demás“, y lo peor de todo es que algunas personas en otros países receptores malinterpretaron nuestra gentileza y consideración y esperan que los latinoamericanos nos ciñamos a sus reglas comunicativas así, sin más ni más. 

Por eso, a partir de hoy debe quedar claro que es necesario romper ese círculo vicioso muy a pesar de que también con ello los locales nos están dando a entender que nos consideran competitivos y dignos de confrontar y que por lo menos no entramos dentro de la lista de los migrantes que los receptores consideran que “es mejor dejar así pues no les van a entender“. Así que la próxima vez que quieras hablar en otro idioma, hazlo con mayor libertad, tómate tu tiempo y ya verás que fluirá!

Te propongo un juego, cambia tu habilidad de hablar perfectamente en otra lengua por la habilidad de poderse expresar aún cuando sepas que te puedes equivocar, este juego tiene un soporte científico que consiste en observar cómo aprenden los niños a hablar en diferentes idiomas y está corroborado que lo hacen intentando llevar palabras de un idioma a otro, jugando con ellas, asociándolas, escuchándolas y reutilizándolas una y otra vez.  Los niños no temen hablar en diversos idiomas, hacen sus propias palabras y reglas y construyen su propia gramática en principio sin temor al que dirán.

El hablar una lengua, al igual que otros miedos que conviven en cada uno de nosotros son aprendidos; le tememos a la oscuridad, a perdernos, a enfermarnos, a la muerte, a no superar una caída, al qué dirán y mil cosas más. Has visto por casualidad el film “la vida es bella”? no crees que de eso se trata la mayor parte de las cosas, de cómo las vemos? Ten presente que como migrante, debes aprovechar para bien y con mayor tranquilidad el inmenso estado de libertad que has adquirido con este cambio existencial.

Desde mi propia experiencia me ocurrió que mientras aprendía a leer los códigos de comunicación de mi nuevo país la primera vez que migré, llegué a temer tomar el tren equivocado o tropezar con alguien que quisiera tan solo conversar, desarrollé algo muy parecido a una agorafobia, que es el temor a estar en espacios abiertos que se podían salir de mi control, con ello, terminé por optar en realizar únicamente las diligencias que me obligaban a desplazarme hacia un lugar especifico y nada más, me dolía el estómago cada vez que alguien se detenía para preguntarme algo o yo por fuerza debía hacer una pregunta a los demás. 

Esta situación me tomó un par de meses hasta que tuve que aprender a comenzar a comprar en los mercados, a transportarme en el  tren, a congeniar con los vecinos, y a este punto si te preguntas por mi parte laboral, entonces déjame felicitarte si tú lo lograste desde un comienzo, a mí me costó un buen tiempo entrar en ese círculo, pero sí, tienes razón, en ese nuevo espacio, ni que nos dé de que hablar.

Con lo anterior, hago mención a la necesidad de hacerle ver a los que apenas están pensando en migrar o los que ya lo hicimos y llegamos a pasar por esa situación, que en nosotros está el ayudar a los recién llegados a superar prontamente dicho momento. Mientras mas tiempo nos tome confrontar la situación, más rápido se presentarán otros mecanismos de defensa, las enfermedades colaterales, el desabastecimiento, la depresión y los deseos por regresar.

Al igual que mi agorafobia, muchos otros migrantes han mencionado también otra serie de sintomatologías relacionadas con su proceso migratorio como son la migraña, el dolor abdominal, el dolor en las articulaciones,  el insomnio, la depresión, la nostalgia, la desilusión, la rabia y un sin fin de patologías que si has tú llegado a experimentar, las debes comenzar a trabajar, no olvides que tú mismo eres tu mejor médico pero que al recurrir a un profesión de la salud, él mismo debería hacerte referencia a las posibles implicaciones fisiológicas y psicológicas que estas situaciones tienen con tu proceso migratorio y con ello no me refiero solo al proceso que pudo acurrirte tan sólo durante los primeros tres meses del proceso, también hago alusión a sintomatologías que pueden presentarse u  ocurrir ante una nueva posibilidad laborar, un problema de pareja, unos hijos en edad adolescente, una separación, un duelo, un retorno forzado o no, los ciclos vitales del ser humano en los migrantes pueden afectar aún más y en cada una de estas situaciones es posible que te encuentres poniendo a prueba nuevamente tu proceso de integración y readaptación.

Entonces, aquí lo importante es ser consciente de la posible relación que pueda tener una enfermedad con el proceso migratorio, se debe intentar trabajarlo, compartirlo y hablarlo. Esa sí es, déjame decirte, una muy buena habilidad de los latinoamericanos, nosotros “compartimos” y como en las matemáticas, dividir implica sustraerle a la unidad, los latinos sabemos transmitir y sobretodo escuchar, aprovecha esa gran habilidad y te darás cuenta que no estás sólo, que como tú y como yo, somos muchos los que decidimos tomar el camino de la migración y que al buscar apoyo encontraremos que las afecciones fisiológicas y psicológicas son más tolerables y que tienen mayor capacidad de intervención.

+Mónica Riveros  


sábado, 30 de noviembre de 2013

La Ilusión

La verdad no sabía por donde podía comenzar este blog pero decidí empezarlo retomando lo que para mi misma significó y significa el hecho de migrar bien desde mi propia vivencia o bien desde mi experiencia profesional. Por ello, considero que es importante partir del sentido que tiene la palabra ¨ilusión¨, ese término que nos aleja de la realidad acerca en de las posibles diferencias culturales, de clima y de idioma, que se nos van a presentar.

Pero bueno, la ventaja es que aún hoy en día pienso que sí la ¨ilusión¨ no hubiese pesado sobre la razón, quizás algunos de nosotros nos habríamos perdido esta aventura de enriquecer de semejante manera nuestras vidas, al punto que algunos familiares, amigos, parejas y compañeros no pueden ni podrán llegar a comprender.

Desde antes de viajar, nuestro cerebro recurre a su gran capacidad de análisis y nos llena de esperanza, optimismo, valentía, curiosidad y templanza, presentándonos el panorama de manera positiva y llenando nuestros imaginarios de ¨ilusión¨, logrando a su vez ocultar los posibles cambios o contratiempos que muy seguramente de una u otra forma ibamos o vamos a vivir.



Uno de esos cambios, es el de adquirir la “eterna nostalgia” nunca más resuelta, difícilmente interpretable o inimaginablemente comprensible, presente cada vez que se recuerda los viejos logros, la familia, el terruño y hasta los espacios donde tuvo lugar nuestra niñez. Aquí querido lector, podrás estar enojado conmigo por mencionar el tema, pero tendrás que comprender que me compete aclarar muchas situaciones que vivimos, no todos ellas hermosas y parte de un cuento de hadas. Ya mejores vivencias te contaré, solamente ve analizando y considerando si lo que te expongo te es válido o no.

Luego de esta acotación, me permito continuar con el camino de migrar, ahora bien, al comenzar este viaje en la mayoría de casos sin retorno y con ello me refiero al hecho de que nunca más volveremos sinceramente a ser los mismos, no seremos más de aquí o de allá porque pasaremos a ser de ambas o muchas partes y esto nos hará ser, si lo asumimos positivamente, gente aún más grande, grande de pensamiento, de corazón y de espíritu.

El día que comienza la odisea del migrante, la mayoría de nosotros somos acompañados por nuestros familiares, como un ritual de despedida que le hace entender tanto al que se va como al que se queda, que nunca estuvo solo y que nunca más lo estará a pesar de la distancia, aún cuando este ritual conlleve un miedo implícito  de la posibilidad de no volverse a ver una vez más.

Te despides, lleno de ¨ilusiones¨ y muchas veces sin buscarlo, observas de inmediato las diferencias de cultura desde que subes al avión o si has corrido con buena suerte, te ocurrirá tan solo una vez aterrizas en tu nuevo país. A partir de ese día el tiempo comienza a correr como en un partido de fútbol y cada segundo va a  contar, a partir de ese momento comienzas a ser parte del enriquecedor mundo de los migrantes, porque sin darte cuenta acabaste de hacer uso de tu mejor tiquete, no el aéreo, sino el del pase a la verdadera universidad la de la vida ¨empezando casi de cero¨, como lo dicen textualmente muchos de mis migrantes, dejando de ser de cierta forma quien eras, aligerando el equipaje para poder tomar en él muchas cosas nuevas que vas a aprender y a adquirir y que te redefinirán constantemente y de nuevo como persona.

El día que pisas tu nuevo país de acogida rompes el primer lazo fuerte con tu país, el país del corazón y ese mismo día comienzas a reconocer cada uno de tus tantos recursos personales que conformaban tu mal llamada monotonía existencial, a partir de ahora tendrás que dar espacio a tu creatividad, a tu pensamiento crítico, a tu vitalidad, valor, inteligencia social, capacidad de autocontrol y prudencia y mientras más entusiasmo le pongas, mejor!

Para ello, si aún no has migrado, si estás pensando en regresar, o si simplemente porque ya es casi deporte, y has pensado en migrar a un tercer lugar, te propongo llevar a cabo la siguiente estrategía, aplicable a cualquier contexto nuevo que debas confrontar:

Existe un ritual llamado “oscilación”, desarrollado por Aaron Antonovsky (1987) y utilizado por Froma Walsh (1998), tómalo como un juego, imagina durante algunos días que ya vives allá, habla en el idioma que te será local, compórtate como lo harían tus nuevos interlocutores, infórmate de las posibilidades laborales, de los rituales cotidianos, de la alimentación típica, de los procedimientos regulares para los permisos de estadía, del costo de vida, asociaciones de compatriotas, busca contactos, toma un mapa de la ciudad donde te vas a radicar y analízala desde ya, no esperes a ser el pequeño que se encuentra adentro, es más fácil reconocer un nuevo entorno en principio desde afuera, y el resto ya vendrá. 

Ayúdate rápidamente en tu reconocimiento local, lo primero que hacen los deportistas es realizar el reconocimiento de la cancha, de los espectadores y  hasta del clima, bueno entonces ahora te toca a tí, recuerda que el tiempo comenzará a correr en el mismo momento que pises tu nuevo territorio y de ti depende ganar.
     
Cada vez que realices está actividad o “ritual” te darás cuenta que es casi de carácter preponderante realizarlo en pro de tu bienestar. No puedo negar que estas situaciones ficticias realmente te facilitarán el aterrizaje en tu nuevo espacio vital.

Es algo contradictorio emocionalmente, se deja atrás gran parte de tu vida anterior pero pasas la página para comenzar un nuevo capítulo lleno de aventuras que te retarán, fortificarán y enseñarán, así que déjame felicitarte porque si lo vemos bien, eres uno de los afortunados que hará verdaderamente Camino al Andar.

+Mónica Riveros


sábado, 23 de noviembre de 2013

CASIC una palabra para tener presente!


Apreciado amigo este blog lo escribo con el ánimo de compartir las implicaciones psicológicas que conlleva la aventura de migrar hacia tierras lejanas y muy seguramente si estás interesado es porque esta situación te involucra, así que bienvenido!

Para comenzar, quiero hacer hincapié en el hecho de que cuando se parte de “casa“, ese partir nos afecta Cognitiva, Afectiva, Somática, Interrelación, y Comportamentalmente.. A este punto muy seguramente has intentado leer varias veces esas 5 palabras una y otra vez buscando donde encaja mejor tu experiencia, donde la has visto más afectada o decifrando la diferencia entre algunas definiciones entre ellas. Pues bien, de eso se trata este blog, de comprender interactivamente lo que en cada una se vivencia y sentirás involucrado al decidir dejar  tu país de origen.

En principio déjame mencionarte que los que hemos migrado aprendimos que algunas de nuestras respuestas comportamentales verbales o  no verbales ya no surten el mismo efecto instantáneo sobre los demás y su entorno. 

Observarás que si has migrado a un país de habla hispana, recibirás correcciones de dicción, definición, discurso y contexto, a ese punto, ni que decir cuando migras a un país donde deberás comenzar a expresarte en otra lengua y la misma traducción de algunos términos se verán afectados por la interpretación transcultural y el entorno, ese día te das o darás cuenta que todo lo que aprendiste socialmente puede ser sutil o drásticamente diferente. Y con “drásticamente“ no quiero que pienses necesariamente en cosas negativas, permíteme mencionarte que por ejemplo no todos tus miedos adquiridos estarán presentes en ese nuevo territorio para alivio propio.

En algunos países será fundamental conocer el rol que desempeña la mujer, el migrante promedio, la madre de familia, el hombre de éxito, quien genera la delincuencia, como se define la moral y la ética entre ellos, la organización de las finanzas, la globalización, la competencia laboral e incluso especialmente en un gran grupo de países, qué papel juega la religión en todo eso.

Retomando otros dos aspectos mencionados arriba, emocional y afectivamente (términos diferentes que iremos explicando con el tiempo) muchos de nosotros, alguna vez decidimos dejarlo todo “por amor”; amor a la familia, a la cual algunos decidieron dejar para poder mantener económicamente desde la distancia; amor a los ideales ante el propósito de querer forjarse un futuro mejor; amor hacia otro ser humano, ya fuese para conformar una familia, una pareja o en el mejor caso altruista, en un intento por ayudar a otros a mejorar su calidad y esperanza de vida. Pero es también emocional y afectivamente que se deberá comenzar a redefinir relaciones, sensaciones, percepciones, expresiones, eventos y personas.

Allí, ese “redefinir“ nos enlaza con el factor cognoscitivo o racional, campo que interpreta y re-interpreta toda la información que recibe a cada segundo por medio de todos los sentidos.. no te has dado cuenta? Te doy un ejemplo: cuando el clima comienza a cambiar “mágicamente“ empiezas a variar de actividades en tu tiempo libre, de vestuario, de expectativas y hasta de intereses.

Sabias que la historia de un pueblo, su geografía, el clima o su capacidad de producción influyen en la manera de pensar y de actuar de quienes estarán a punto de acogerte en su contexto? Bueno, así vamos teniendo mucha más tema que abarcar en este largo camino que nos compete a cada uno de nosotros, los migrantes.

Migrar, significa dejar de alguna manera el entorno que te era más conocido, las relaciones más familiares, es alejarte de los tuyos y de tus redes más cercanas, deberás comenzar a reinterpretar las alegrías, las cosas y las personas.. quizás por primera vez te detendrás a observar atónitamente el valor de la vida al ver llegar la primavera, valorarás el sol al llegar el invierno y como nunca “la amistad“, la amistad de tus padres, tus hermanos, tus amigos, de los colegas y hasta la del vecino. 

Aquí es donde el factor Interrelacional entra a jugar uno de los papeles sociales más investigados. La pequeña ventaja que tenemos los nuevos migrantes es la de la tecnología que a acortado distancia y de alguna forma a llevado incluso a nuestros padres a lidiar con este tema; como te digo, la migración nos da vivencias para compartir infinitamente y espero que tú quieras ser parte de esto.

Ahora bien, si piensas que ya los abarcamos todos, para terminar déjame hacer alusión al factor más complicado de todos por ser un poco incontrolable en un primer momento, el fisiológico o somático! Por qué lo menciono? porque no solo tu cerebro aprende, tus células, tus músculos, tus huesos y cada parte de tí también lo hizo y por ello, tendrás que confrontar procesos de adaptación a estos niveles igualmente, algunos tendremos que enfrentarnos al frio extremo, a la humedad, al sol y el calor inclemente del desierto (en algunos pocos casos, alegremente). 

Lo anterior, sin mencionar que a veces lo que callaremos, lo gritará nuestro cuerpo, has escuchado de otros amigos migrantes que te has encontrado en el camino sobre dolores de cabeza, de espalda, resfriados, depresiones o nostalgias eternas? bien, creo que sí y por eso hay que aprender a adaptarse e integrarse rápidamente y ese será el objetivo de este espacio interactivo.

Ya conocida la razón que gesta este blog, propongo generar un espacio de intervención con la intensión, primero de informar a los que están pensando en dejar su país de origen por primera vez sobre lo que a muchos de nosotros nos acontece al comenzar este proceso, segundo la de confirmar a los que ya lo hicieron que lo que les está ocurriendo no les ocurre sólo a ellos, sino a todos y cada uno de nosotros y tercero proponer algunas alternativas que nos faciliten el camino.

+Mónica Riveros